El Estado Nacional y las nuevas unidades territoriales
Frente a los gravísimos problemas que encontró Reyes y ante la crisis de los partidos y las dificultades para gobernar, el presidente cerró el Congreso y declaró el estado de sitio. Para impulsar las reformas, económica, constitucional y el reordenamiento territorial, reunió una Asamblea Nacional Constituyente y Legislativa que dotó al gobierno de amplias facultades extraordinarias. El tema del fraccionamiento de los departamentos tradicionales, en unidades políticas y administrativas más pequeñas, se empezó a agitar, de nuevo, en 1904. En este año Rafael Uribe Uribe presentó al Congreso un proyecto de división territorial donde aparecen varios departamentos y entre ellos el de Córdoba, que más tarde se erigió con el nombre de Caldas. Esta propuesta venía siendo apoyada por los dirigentes Daniel Gutiérrez Arango y Aquilino Villegas, desde las columnas de El Correo del Sur.
Finalmente se hizo realidad la creación del departamento con la Ley No. 17 del 11 de abril de 1905 que dice:
“Créase el Departamento de Caldas entre los departamentos de Antioquia y Cauca, cuyo territorio estará delimitado así: el río Arma desde su nacimiento hasta el río Cauca; éste aguas arriba hasta la quebrada de Arquía, que es el límite de la provincia de Marmato. Quedarán comprendidas dentro del Departamento de Caldas las Provincias de Robledo y Marmato, por los límites legales que hoy tienen, como también la Provincia del Sur del Departamento de Antioquia.
Parágrafo: La capital de este departamento será la ciudad de Manizales. Bogotá, abril 11 de 1905. Publíquese y ejecútese. Rafael Reyes”.
El 15 de mayo de 1905 el general Reyes nombró a don Alejandro Gutiérrez como primer gobernador. Éste se posesionó el 15 de junio del mismo año y se dio inicio, así, a la vida política y administrativa del departamento. Posteriormente se le agregaron nuevas regiones. El 29 de junio de 1907 se dictó el Decreto 763 por medio del cual se creó la Provincia de Manzanares y el Circuito Judicial de Manzanares compuesto por los municipios de Marulanda y Victoria, con el corregimiento de Buenavista; Pensilvania con los corregimientos de San Agustín, Florencia y Arboleda, y Manzanares que sería la capital. La Provincia y el Circuito Judicial empezaron a depender del Departamento de Caldas. Más tarde, en 1908, el Decreto 916 incorporó los municipios de Armenia, Calarcá, Filandia y Circasia. Por último, la Ley 31 del 11 de octubre de 1912 segregó el distrito municipal de Pueblo Rico, de la Intendencia Nacional del Chocó y lo agregó al Departamento de Caldas.
Después de creado el Departamento su clase dirigente veía con preocupación que la región era una colcha de retazos formada por diversas culturas heredadas de corrientes migratorias de variado origen. Los antioqueños penetraron masivamente por el norte e impusieron sus costumbres. El fenómeno colonizador en Marmato, Supía, Riosucio y Anserma se enriqueció con la mezcla cultural de antioqueños caucanos, europeos, indígenas y afrodescendientes. Los pueblos del oriente fueron fruto de antioqueños y tolimenses. El sur, desde Villamaría hasta Pereira y el Quindío, recibió la influencia de antioqueños, caucanos y tolimenses. Muchos de ellos llegaban perseguidos por la agitación clerical en Antioquia y por el dominio conservador y ayudaron a determinar la composición política posterior. Años más tarde muchos otros liberales llegaron derrotados en la guerra de los Mil Días. El valle del Risaralda fue colonizado por afrodescendientes, antioqueños y caucanos. El occidente fue fruto de la colonización antioqueña en pueblos de indios. Desde principios del siglo XX se inició la colonización originada por campesinos oriundos de Cundinamarca y Boyacá en las zonas frías de Salamina, Marulanda y más tarde en el Páramo de Letras.
La diversidad de regiones y de culturas trajo algunas dificultades en Pereira y Riosucio. Para evitar estos conflictos se pensó en darle identidad cultural a la región. Vinieron en ayuda los escritores ligados con el fenómeno colonizador e involucrados en el ambiente costumbrista; éstos, junto con los historiadores contribuyeron a fortalecer la identidad cultural. La evocación del pasado y de las tradiciones en el joven departamento ayudó a aclarar y a afirmar la identidad; se tuvo conciencia de la región y del país.
La cultura cafetera creó mercado interno y unió las regiones caldenses entre sí, las integró a la economía nacional y relacionó el departamento con el mundo. Se debe tener en cuenta que la finca tradicional se caracterizaba por su autarquía. El campesino cultivaba la roza (maíz y fríjol), la sementera (plátano, yuca y arracacha), la huerta (plantas medicinales y condimenticias), el cultivo de caña para el trapiche panelero y el cafetal. Poseía, además, gallinas, cerdos, una vaca y el caballo.
Pero el café hizo surgir una capa media fuerte y estable. Esa capa media de campesinos acomodados y los trabajadores asalariados tenían capacidad de compra por lo que favorecieron el desarrollo del mercado interno. Al mismo tiempo las ganancias que producía la economía cafetera impulsaron el capital bancario, el comercio y el incipiente desarrollo industrial. Por último, continuaron su impulso acelerado las ciudades de Manizales, Pereira y Armenia. Había surgido el llamado “Departamento Modelo” de Colombia, pues parte de las ganancias del café se convirtió en bienestar social para la región.