La vida económica
Las actividades económicas más importantes eran la producción agraria y la explotación de la sal. El maíz era la base de la alimentación pero de acuerdo con los cronistas la dieta diaria estaba conformada por “frutas y yerbas guisadas de muchas maneras”. Por ejemplo los quimbayas consumían, especialmente, maíz, yuca, raíces, chontaduro, ciruelas, caimitos, aguacate y guayabas.
Los armados asombraron a los españoles por la producción de granadillas, badeas, piñas, piñuelas, nísperos, zapotes, ciruelas, guayabas, guanábanas, madroños, caimitos, tamarindo, mamey, melón, pitahayas y chirimoyas. En la región de los patangoros la alimentación diaria incluía auyama, harina de maíz, yuca, guayaba agria, aguacate y pescado seco al humo. Los ansermas, además de los productos normales para la alimentación, se especializaron en la producción de algodón, tabaco y coca.
Robledo informa que los ansermas invocan al sol y a la luna cuando necesitan lluvia para la agricultura. Y Fray Pedro Simón escribió que junto al pueblo de Pirama, en el cerro de Buenavista hay un alto donde se le aparece el demonio sólo a los jefes indígenas y que en tiempos de hambrunas “les arroja frisoles, yucas y otras raíces desde lo alto”.
Las fuentes saldas eran bien aprovechadas por los naturales quienes la empleaban para el consumo interno y para el comercio. La provincia más rica en sal era la de los ansermas, quienes la explotaban a tal punto que cuando llegaron los españoles y preguntaban por el nombre de la región les respondían Anser, pues pensaban que estaban pidiendo sal. Los indígenas consideraban que poseer salinas era una de las mayores riquezas, por ello la preocupación por controlar las fuentes saladas. Los quimbayas explotaban manantiales de sal en Consota pero la producción estaba destinada al consumo interno, sin embargo, los ansermas comerciaban los panes de sal con sus vecinos los carrapas, picaras y armas, donde había sal pero en poca cantidad.