La explotación del oro
Los cronistas concentraron su atención en la explotación del oro y en la orfebrería, aspectos sobre los cuales escribieron con lujo de detalles. Por ejemplo Cieza se refiere a la provincia de Supía anotando que “por medio de estos pueblos corre un río rico de minas de oro” y sobre Arma dice que “las minas son ricas en el río Grande (el Cauca). Con el correr del tiempo ella vendrá a ser de las ricas tierras de las Indias”. Y agrega que “era y son riquísimas de oro a maravilla. Tienen o tenían de este metal muchas y grandes joyas, y es tan fino, que el de menos ley tiene diez y nueve quilates. Cuando ellos iban a la guerra llevaban coronas, y unas patenas en los pechos, y muy lindas plumas y brazales, y otras muchas joyas.
Sobre la provincia de Carrapa apunta que son riquísimos de oro porque tenían muchas piezas y muy finas y “cuando van a la guerra llevan todos muy ricas piezas de oro, y en sus cabezas grandes coronas, y en las muñecas gruesos brazales, todo de oro”.
Luis Duque Gómez anotó que los pueblos quimbayas y sus vecinos desarrollaron la más importante industria de orfebrería, no sólo por lo avanzado de las técnicas metalúrgicas sino también por el esplendor y belleza de las piezas elaboradas. Y agregó que estos orfebres explotaron los numerosos yacimientos auríferos que existían en su territorio, y establecieron relaciones de trueque con los mineros de Buriticá. “Sus Piezas de orfebrería alcanzaron una gran difusión a todo lo largo de la cuenca del río Cauca y llegaron hasta Panamá y posiblemente hasta Mesoamérica”.