La independencia y el capital inglés
Cuando comenzó la guerra de independencia viajaron varias delegaciones a Inglaterra en busca de apoyo económico y político, pero por premura e inexperiencia se obtuvieron empréstitos en condiciones precarias y de usura. La primera misión venezolana viajó a Londres en 1810, estaba dirigida por Simón Bolívar; en 1820 lo hizo Francisco Antonio Zea en representación de la República de Colombia y aceptó una cuenta de 500.000 libras, reconociendo “obligaciones no muy claras” de misiones anteriores. Zea planteaba la necesidad de abrir la minería a la inversión extranjera para atraer capital e interés diplomático hacia la joven república, por ello contrató varios empréstitos con diferentes compañías y los garantizó con los derechos de importación y exportación y con las rentas del tabaco, de las minas de oro, de plata, y de sal.
Con base en esta política de empréstitos la casa Goldschmidt tomó en arrendamiento (1825) minas de oro y plata en Marmato y Supía; la Western Andes Mining Company Ltd., adquirió las de Echandía y Loaiza en Marmato; The Colombian Mining & Exploration Company Ltd., ejerció un cerrado monopolio durante 20 años sobre las exploraciones nacionales de Marmato y sobre la antigua provincia de Riosucio. Los banqueros Powells Illingworth y Co. enviaron al ingeniero Eduardo Walker para comprar minas en la región de Supía y adquirió las mejores en Marmato, Supía y Quiebralomo.